Mayer Mizrachi, alcalde de la Ciudad de Panamá, envió un mensaje a turistas que no están siendo bien recibidos en Barcelona, debido a protestas que exigen poner límites al turismo masivo en la capital cosmopolitan de la región de Cataluña en España.
“Estimados turistas del Barcelona lamento mucho que te hayan mojado en medio de tu experiencia bella con ‘pistolitas’ de agua en protesta de que estás supuestamente incrementando el costo de vida para los residentes. Pues en Panamá, yo como Alcalde de la Ciudad de Panamá, estamos abiertos a recibirlos que ustedes disfruten de todas las experiencias que la ciudad de Panamá tiene para ofrecer vengan a relajarse y a divertirse. Panamá los recibe con los brazos abiertos”.
Miles de personas marchan para exigir límites al turismo masivo en Barcelona
Unas 2.800 personas, según la Guardia Urbana, se manifestaron el pasado sábado por el litoral de Barcelona para reclamar límites al turismo y denunciar que la masificación impacta de manera negativa en los barceloneses al elevar los precios de la vivienda y provocar la expulsión de vecinos de sus barrios.
Bajo el lema “Prou! Posem límits al turisme” (Basta! Pongamos límites al turismo), más de 140 entidades de la ciudad, entre ellas asociaciones vecinales, ecologistas, movimientos en defensa de la vivienda y sindicatos, convocaron la marcha para reclamar un cambio de rumbo en el actual modelo turístico.
“Decrecimiento turístico, ya”
La cabeza de la manifestación portaba una lona con el lema “Decrecimiento turístico, ya” y los participantes enarbolaban pancartas contra la ampliación del aeropuerto y con eslóganes como “Tourist go home” (turistas fuera), “Vecinos en peligro de extinción” o “Collboni, que et voti Louis Vuitton” (Collboni, que te vote Louis Vuitton).
En su recorrido hacia la Barceloneta, algunos manifestantes han increpado a turistas que estaban sentados en terrazas de la zona.
Las asociaciones convocantes denuncian, en el manifiesto, que el modelo económico basado en un turismo masivo “genera dependencia económica de una industria altamente volátil” y “fuerza a la administración a tomar decisiones centradas en el beneficio de la industria turística y gremio de la restauración” en lugar de enfocarse “en la emergencia habitacional”.
Ante esta situación, exigen revertir la turistización de manera “inminente”, con la puesta en marcha de un “plan de decrecimiento turístico” que tenga como consecuencia la reducción del peso económico de esta actividad en la ciudad, acompañado de otro de diversificación de la economía.
Entre otras medidas, instan a los diferentes gobiernos “a actuar y poner fin a la promoción turística con dinero público”, y también reclaman detener la ampliación de las infraestructuras -el puerto y el aeropuerto- y macroeventos como la Copa América.
Asimismo, exigen reducir la oferta de alojamiento turístico y el número de cruceros, así como mejorar las condiciones laborales del sector turístico y limitar las terrazas.
El problema de la vivienda y la emergencia climática
Se hace necesario parar y revertir realmente el proceso de turistización: acabar de una vez por todas con las injerencias del sector turístico en las políticas públicas, así como con la convivencia o la colaboración interesada de la administración”, sostiene el manifiesto.
Además del problema de la vivienda, los convocantes alertaron de que el modelo productivo basado en el turismo también daña el medioambiente, al generar más contaminación, y empeora la emergencia climática.
Ante esta situación, demandaron un “plan de decrecimiento turístico” que reduzca el peso económico de esta actividad en la ciudad, acompañado de otro de diversificación de la economía.
Collboni muestra su compromiso por limitar la masificación turística
Collboni aseguró que su “compromiso de limitar la masificación turística y sus consecuencias en la ciudad” es “firme” y ha destacado que trabaja para construir un modelo “equilibrado y sostenible que beneficie a todos”.
El alcalde de Barcelona se expresó así en un mensaje en la red social X en respuesta a la manifestación.
“Nuestra voluntad y el compromiso de limitar la masificación turística y sus consecuencias en la ciudad es firme. Lo demuestran las medidas que hemos tomado y que continuaremos implementando”, apuntó.
Entre estas medidas, ha enumerado la voluntad de suprimir 10.000 pisos turísticos para que vuelvan a tener un uso residencial o el aumento del recargo del impuesto turístico a 4 euros por noche, así como la limitación del número de cruceros.
El alcalde reconoció “la complejidad” de la situación creada en la ciudad y ha rechazado “las soluciones simplistas”.